Un año más.

Cambiamos de año. Adiós al 2011. 365 días quedan atrás, millones de momentos. Quedan atrás personas que pensé que permanecerían a mi lado y que no seguirán en mi 2012, pero que, en su día, me dieron vida y sacaron lo mejor de mí. Dejo atrás momentos en los que deseé parar el tiempo, momentos de ilusiones. Dejo atrás momentos de amor y de cariño. Dejo atrás noches de fiesta en las que las risas nunca faltaron gracias a ellos. También dejo atrás noches de pasión. Dejo atrás mañanas de madrugones y días de estudio y exámenes. Dejo miles de sonrisas en miles de lugares, al igual que otras tantas lágrimas. Pero, sobre todo, dejo atrás un gran año, un año irrepetible. Sí, con sus cosas malas, pero, también con las buenas, que superan con creces a las malas. Así que, dejo atrás doce meses, cada uno diferente a su manera, y cada uno especial. 

Dejo atrás un año que ha sido grande por las personas que me han acompañado. Dejo atrás un año para agradecer a cada persona que lo ha hecho especial aportándome un poquito de ella cada día, para agradecer a quien siempre estuvo ahí cuando más lo necesitaba o para agradecer a esas personas que siguen ahí año tras año. También, un año para agradecer a aquellas que han aparecido en este 2011 y que espero que no se vayan porque han dejado una gran huella en mí. Lo que hace grande a una persona son aquellas personas que lo acompañan, y, sin duda, cada uno de ellos han conseguido hacerme más grande y haber hecho este año perfecto. 

Así que, puedo decir que ha sido un año intenso, un año de muchos sentimientos. Un año lleno de infinitos momentos para recordar. Pero, puedo decir que lo mejor del año has sido TÚ. Fuiste lo mejor de mi 2009 y 2010, has sido lo mejor de mi 2011 y sé que serás lo mejor de mi 2012. 

Espero que lo mejor del 2011 sea lo peor de este nuevo año. Y, espero que sigan estando a mi lado las personas más importantes de mi vida.