viernes, 13 de enero de 2012

Sólo pienso en buscar una estrella mejor que me pueda guiar, que alivie este dolor...

El dolor adopta formas diversas: una punzada, una leve molestia, dolor sin más, el dolor con el que convivimos a diario... pero hay un dolor que no podemos ignorar, un dolor tan enorme que borra todo lo demás y hace que el mundo se desvanezca. Cómo enfrentarnos al dolor depende de nosotros: anestesiarlo, aguantarlo, aceptarlo, ignorarlo. Para algunos la mejor manera de enfrentarse a él es seguir viviendo.

El dolor sólo hay que aguantarlo, esperar a que se vaya por sí sólo y a que la herida que lo ha causado cicatrice. No hay soluciones ni respuestas sencillas, sólo hay que respirar hondo y esperar a que se calme. La mayoría de las veces el dolor puede aliviarse, pero a veces llega cuando menos te lo esperas, te da un golpe bajo y no te deja levantarte. Hay que aprender a aceptar el dolor, porque lo cierto es que nunca te abandona y la vida siempre lo acrecienta. 

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