sábado, 29 de marzo de 2014

Compañeras de vida.

"Quizá nuestras amigas son nuestras verdaderas almas gemelas y los hombres gente con la que divertirnos"

Una amiga no es aquella que te llama ni te escribe todos los días, tampoco le pidas que te cuente todas las veces que sale de cañas a lo largo de la semana y mucho menos qué tal le va todo en clase. Las verdaderas amigas son las que se saben tu armario de percha a percha, las que entran en tu casa y, sin saludar, van directas al frigorífico. Las que son amigas de tu madre y le cuentan más cosas que tú. Esas que te miran de arriba a abajo un sábado y se ríen de ti al bailar, las que alabarán tus blusas aunque sean trapos y te maldecirán por no tener su número de zapato.

Las verdaderas amigas sufren tus desamores igual o más que tú y se sentirán orgullosas de darte los peores consejos. Son aquellas que quedan contigo una hora antes porque saben de tu impuntualidad y se pasan las horas pasándote la plancha por el pelo para que en 5 minutos de una noche de diciembre se te encrespe. Y te aguantan, a ti y a tus amores, a tus sermones, a tus días aburridos. A tus peores ciegos, a tus tacones en el bolso y a tus lágrimas cuando te deja el capullo de turno. Y cuando dicho capullo decide volver contigo. A ti cuando has suspendido el examen y cuando tienes bronca con tu madre. A ti de compras cuando la usas como perchero y a ti cuando le robas patatas fritas.

Puedes pasarte días sin hablar con ellas, meses sin verlas, pero más de una vez serán tu mejor refugio, las que harán que te levantes mil veces y, les cueste lo que les cuesta, te sacarán una falsa sonrisa. Su casa será tu segunda casa y su armario el tuyo. Y son el abrazo más sincero cuando las cosas no salen como una espera.

Por las amigas que nunca dejan de reírse de los errores, de las que se ríen antes de que abras la boca y de las que se inventan cualquier historia para hacerte reír. Por las que te alegran la vida sin darse cuenta de lo que hacen. Por las posturitas, las chapas, la loca, la razonable, la que no sabe andar en tacones, la que se las bebe de tres en tres, la morritos, la de los vestidos que te dejan sin respiración, la obsesionada con tomar el sol, la que viaja más que Willy Fog, la que nunca está y la que no se pierde ni una. Porque a todas les une un hecho tan simple como ser amigas sin haberlo planeado ni elegido. Por las que hablan de las demás con orgullo y las defienden aunque no tengan razón. Por las que saben perdonarse con un abrazo, por las que tienen un carmín rojo unitario, por las que siempre recuerdan las mismas anécdotas y salen por los mismos lugares. 

Por las que más que amigas, llegan a ser hermanas. Y además se quieren como tales.

Tal y como fuimos wordpress.

domingo, 16 de marzo de 2014

Cada momento tiene que ser especial.

¿Sabéis? Yo creo en la magia. Yo nací en un tiempo mágico, en una ciudad mágica y entre magos. Casi ninguno de los demás se daba cuenta de que vivíamos en una telaraña mágica conectada por los hilos de plata del azar y de las circunstancias. Pero yo siempre lo supe. 

Veréis, en mi opinión, todos empezamos conociendo la magia. Nacimos con torbellinos, bosques en llamas y cometas dentro de nosotros. Nacimos siendo capaces de cantar a los pájaros, de leer las nubes y de ver nuestro destino en un grano de arena. Pero luego la vida hace desaparecer la magia de nuestra alma, porque la educan, la dan unos azotes, la lavan, la peinan... Nos ponen en el camino recto y nos dicen que seamos responsables, que nos comportemos de acuerdo a nuestra edad. ¿Y sabéis por qué nos dicen eso? Porque la gente que nos lo dice tiene miedo de nuestra fuerza y juventud, y porque la magia que conocemos les hace sentir vergüenza por lo que han dejado marchitar en su interior. Cuando te has alejado tantísimo de ella ya no la puedes recuperar, puedes tenerla unos segundos, unos segundos para verla y recordarla. 

Cuando la gente llora viendo una película es porque en la oscuridad del cine uno llega a rozar el estanque dorado de la magia, aunque sea brevemente. Después vuelven a ponerse bajo el deslumbrante sol de la lógica y la razón y la magia se seca, y todos sienten triste el corazón sin saber por qué. Cuando una canción despierta un recuerdo, cuando las motas de polvo que se mueven en un rayo de luz apartan tu atención del mundo, cuando de noche oyes pasar un tren en la distancia y te preguntas a dónde irá, y cuando das un paso más allá de lo que eres y de dónde estás, por unos breves instantes, has entrado en el reino de la magia. Eso creo yo.

martes, 11 de marzo de 2014

jueves, 6 de marzo de 2014

La suerte ayuda a los que quieran volar más allá del miedo.

Querido miedo, sé que me acompañas en la vida, te noto en muchos momentos cuando pasas a mi lado. Hay días que puedo oler tu perfume cuando aún no has llegado. Sé que estás ahí latente, como esperando tu momento para saltar y hacerte cargo de la situación, agazapado siempre entre mis sentimientos, vives buscando cualquier excusa para dar sentido a tu existencia. Te conozco mucho, más de lo que me gustaría, hemos vivido tantos momentos juntos... Algunas veces hasta me he creído capaz de vencerte, abatirte con la espada de la mentira, sin darme cuenta de que lo único que hacía era alimentarte mientras tú te reías a mis espaldas para volver más fuerte que antes. 

Querido miedo, tengo algo importante que decirte. Creo que ya he entendido que tú eres un compañero en mi viaje, como Golum acompañando a Frodo por la Tierra Media, eres imprescindible para que pueda cumplir mis metas, pero yo estaba ciega, y veía tantas cosas feas de mí misma reflejada en ti, que solo quería destruirte para siempre, y hoy sé, que eso es imposible. Ahora quiero volver a empezar de nuevo. Quiero explicarte que es lo que me pasa, quiero serte sincera, y la verdad es que ya no me importa que nos escuche más gente, porque no quiero volver a esconderte nunca más delante de nadie. Quiero que entiendas que ahora las cosas son distintas a como eran antes, que ahora soy yo la que quiere utilizarte a ti, para ser más fuerte, para poder enfrentarme a todos los retos que tengo por delante y no ser tú el que me utilices a mí para sentirte poderoso y grande. 

Querido miedo, siento decirte esto, y sé que te va a doler cuando lo leas, pero tú ya no vas a ser el protagonista de mis sueños, no vas a poder disfrutar de lo que hago, como siempre metiéndote en la mitad de todo para hacerme dudar cuando las cosas salen bien o para castigarme cuando salen mal. He aprendido a no luchar contra ti, y ahora quiero utilizarte, usarte como un trapo, limpiar contigo todos los rincones a los que no llego. Voy a bucear hasta lo más profundo para asegurarme de que estás aquí entero, que no queda ninguna parte de ti escondida que me esté tomando el pelo. Porque es para eso para lo que sirves, para ser mi siervo, para obedecerme, para ponerte a mis pies y llorar como un cobarde pidiendo volver a ocupar tu trono de humo. Pero no voy a dejarte llegar a dominarme de nuevo. Voy a saltar al vacío, ya no hay nada que lo impida, así que ven conmigo porque es tú única salida. Estamos solos en este juego, querido miedo, ahora soy yo la que lo maneja, ni tu ira ni tu fuego.

lunes, 3 de marzo de 2014

Lo nuestro es tan genial que nadie puede decir que lo entiende porque no es así.

"Son mis amigos, en la calle pasábamos las horas. Son mis amigos, por encima de todas las cosas".

Sonaba esa canción de Amaral el sábado por la noche y no pude evitar motivarme, emocionarme y cantarla con ellos, con mis AMIGOS. Llevábamos desde verano sin estar todos juntos y hasta verano no les volveré a ver. Es cierto que han sido solamente dos días, pero han sido muy intensos, que es lo verdaderamente importante. Aunque, sin duda, lo mejor de todo es sentir que nada ha cambiado entre nosotros a pesar del tiempo que llevábamos sin vernos.

Así que debería haber una palabra que significara más que increíble para definir todo esto, lo que nos une. Como si coges algo grande y lo elevas al infinito, de nuevo al infinito y le sumas uno. Y lo elevas al infinito otra vez. De modo que todo eso ocupe el universo, y a su vez haga que se extienda, por lo menos dos o tres veces más rápido que cuando lo hace a su ritmo habitual. Porque no para, no se está quieto, corre y crece como si de un niño con una dieta a base de "Petit Suisse" se tratase. Y el niño crece, se hace grande y fuerte, valiente, noble, sincero y tierno. Al igual que nuestra amistad. Que no le salen piernas, pero sí puede correr y volar llegando a lugares insospechados. No se cae, pero tiene heridas, muy poco frecuentes, pero las tiene.  Pero ahí llega nuestra agua oxigenada y le da aire para sobrevivir, liberarse y renovarse y a la vez agua para que fluya como siempre, de esa manera que parece que ningún océano es lo suficientemente grande para él. No crece, más bien madura, aprendiendo de nuestros defectos y nuestras virtudes, también de nuestros aciertos y nuestros pequeños fallos a la vez. Y es bueno, muy bueno, tan bueno que puede hacer feliz a varias personas al mismo tiempo.

La distancia la hacen las personas, no el espacio. Por muy lejos físicamente que puedas tener a alguien, puedes sentirle más cerca que a gran parte de las personas que te rodean. Así que no temo el separarnos de nuevo porque sé que cuando nos volvamos a juntar todo seguirá igual.  Y, de verdad, no hay sentimiento más emotivo que ese, el alejarte y darte cuenta de que no estás solo, de que siempre están ahí aunque no los veas y de que cuando nos rencontremos nada habrá cambiado.

Mi hogar son ellos, no los sitios.