viernes, 21 de octubre de 2011

No hay más ilusiones que tenerte, más riquezas que quererte...

Me da igual si eres un filósofo de prestigio, Doctor Honoris Causa o el mejor de los cardiólogos, porque en asuntos del corazón no importa lo listo que seas, el talento que tengas o lo avispado que estés. No importa cuánto hayas reflexionado sobre las cosas o cuánto hayas analizado los comportamientos humanos. Da lo mismo que tu coeficiente intelectual sea superior a la media. Porque existe una cosa, una sola en el mundo, que nunca entenderás por muy listo que seas si no recorre tu sangre de pies a cabeza, si no la vives en tu piel y no la sientes en tus huesos: el amor. Y me dirás que cuantísimos filósofos han hablado ya de esto, que si me creo novedosa u original por hablar de ello; y te diré que no, que no me creo nada ni pretendo ser la que te lo enseñe, porque ni yo ni nadie podrá enseñarte lo que es el amor hasta que lo vivas. Me da igual si alguien cree que sí, me es indiferente si crees que podrás leerlo en los libros, verlo en las películas de Hollywood, que te lo enseñarán en el colegio o que analizando "El Banquete" de Platón hallarás todas las respuestas, porque no hallarás ni una. Jamás conocerás lo que es el amor si no lo vives, y jamás conseguirás amar sin errar. Y sentirás cosas tan idílicas que creerás que eres pariente de Walt Disney y hasta te parecerá irreal lo que estás viviendo al pensar que pueda existir algo tan maravilloso.

Algún día entenderás que amar es algo mucho más grande que pisar la Luna, que inventar Microsoft o Apple y que presidir una potencia mundial, y que por más que investigues, no encontrarás la respuesta a lo que es el amor si no lo vives. El único camino que existe hacia el conocimiento absoluto del amor (el único conocimiento verdaderamente útil y valioso) es la experiencia que supone estar enamorada, aunque después no seas capaz de plasmarlo con palabras para que otros lo entiendan. Porque como decía aquel soneto de Lope de Vega: "¡esto es el amor! quien lo probó, lo sabe". Así que, aquellos que no están impregnados del mismo, no pueden saber lo que es estar a más, a muchísimo más de tres metros sobre el cielo! :)

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