miércoles, 9 de enero de 2013

La respuesta no es la huida.

Otro año que ha acabado y otro año que acaba de empezar. El 2012 ha acabado dando significado a todas y cada una de las letras de la palabra APRENDER, porque eso ha significado para mí este año: aprender. 

He aprendido que a veces debes aguantar al borde del precipicio y arriesgarte a la caída, y que si caes, ya te levantarás. He experimentado el dolor de la pérdida de tus seres queridos, pero todavía tengo que continuar aprendiendo a vivir con el vacío que dejan. He aprendido que cuesta años construir confianza y apenas unos segundos destruirla. He aprendido que grandísimos amigos pueden volverse grandísimos desconocidos y que, por el contrario, un desconocido puede volverse en alguien inseparable. He aprendido que soñar es el mejor regalo del mundo porque los sueños están para cumplirlos, pero también se pueden romper y tendrás que empezar de cero. He aprendido que lleva mucho tiempo llegar a ser la persona que quieres ser y que el tiempo es corto.

Pero también he aprendido que las buenas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias, y que no importa lo que tienes, sino a quién tienes en la vida. He aprendido que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir. He aprendido que lo mejor de todo es levantarse y tener a alguien que te diga: "Buenos días, ¿qué tal has dormido hoy? No has parado de dar vueltas". He aprendido que hay que luchar por todo lo que de verdad merece la pena, porque nunca te arrepentirás de aquello que te ha hecho sonreír. He aprendido que es tan importante pensar como dejarse llevar. He aprendido que son más importantes los caminos recorridos que las metas logradas. He aprendido que lo importante en la vida es seguir siempre tu camino, tus ideas, sin perder de vista tu horizonte. 

En conclusión, he aprendido que madurar tiene mucho más que ver con lo que se aprende de las experiencias que con los años vividos y que no importa en cuantos pedazos se parta mi corazón, pues el mundo no se detendrá para que lo arregle. He aprendido que la vida vale cuando tienes el valor de enfrentarla.

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