martes, 9 de octubre de 2012

Me desabrochó algo que no sabes y me comió el corazón.

No le dio tiempo a Cupido a tensar el arco, 
no hizo falta disparar, 
ya nos habíamos enamorado. 
Tú de mi inseguridad 
y yo de todo. 
Me dijiste: 
"Si no corremos pasará de largo todo esto, 
y hoy tienes que poner a mi nombre 
todos los besos que te quedan"
Me quedé helada,
agarraste mi mano 
y condujiste mi coche hasta tu casa.
Hubo confeti en el ascensor. 
Nos dimos tantos besos
que tuvimos que darle la vuelta a la piel
cuando no quedaba un centímetro intacto.
La ropa interior nos resultaba incómoda
como una armadura
y se fue...
Esa noche pasaron cosas
que no caben en ningún poema. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario