domingo, 15 de diciembre de 2013

22 cosas que echas de menos de España ahora que no vives aquí.

Te has ido. Puede que haya sido por obligación, tal vez hayas hecho la maleta con entusiasmo y convicción, puedes haberte ido con alegría. Reniegas de tu país de origen, no crees en fronteras, la marca España te da igual, te va genial, te va regular, te encanta tu nueva vida o la sobrellevas, pero a veces, ay, a veces, además de la familia y los amigos (¿qué patria hay si no?) te encuentras recordando no sólo lo malo, que abunda, sino también lo bueno. Que aunque parezca increíble también lo hay. 

Aunque nunca echará de menos lo mismo alguien de Santander que alguien de Mojácar ni alguien cuyo nuevo destino sea Noruega que alguien que viva en Australia, hay una serie de elementos comunes básico que harán que si nos lees desde tu nuevo destino, te mueras de ganas de hacer la maleta y entonar el "Vuelve a casa vuelve".

1) ¡EL JAMÓN!
Va entre exclamaciones pero debería estar escrito en fuente Impact tamaño 72. Ni la fabada de tu abuela, ni las croquetas de tu madre, ni la paella de tu padre; el jamón es el número uno, el Valhalla, el non plus ultra de la morriña. La mitad de las consultas que reciben los operarios de las líneas aéreas en España están relacionadas con poder llevar jamón en los viajes y su semiprohibición en ciertos países hace que circulen packs de envasados al vacío como las botellas de destilados circulaban durante la ley seca. Así que si tienes un poco de jamón cerca, míralo al trasluz, huélelo, hazle una reverencia y degústalo a tope. Se lo merece.

2) LAS PERSIANAS.
Qué pesados somos los españoles quejándonos de la falta de persianas cuando vamos por ahí. Pues sí. Invento básico que regula la luz, protege del viento y de las miradas indiscretas, los países de influencia calvinista desconocen completamente su existencia y cada día nos preguntamos cómo pueden vivir sin ellas.

3) LOS BARES DE VIEJOS CUTRES.
Antes y después de que fueran tomados por los hipsters, los bares cutres con palillos y servilletas en el suelo, una barra de formica y una placa del mundial del 82 son parte del ADN de cualquiera que haya vivido en España. Saber que podías encontrar uno a la vuelta de la esquina abierto a horas intempestivas y regentado por un sueño con bigote parlanchín te daba una seguridad en el mundo y en la vida en general de la que ahora careces. A veces también añoras los camareros bordes y el mal servicio. Así de tramposa es la nostalgia.

4) EL SOL.
Los de las zonas más septentrionales de la península no lo añoran tanto porque no es un invitado de la vida diaria, pero los que lo dan por supuesto no sabrán lo importante que es hasta que se encuentren con lluvia durante tres semanas consecutivas. No ver el cielo azul en tres meses o pasarse ese mismo tiempo rodeado de nieve consigue explicar por qué todos los pueblos antiguos adoraban el sol como Dios supremo. En los países más fríos comprenderás a la perfección por qué la gente se vuelve loca cuando llega la primavera, enloquecerás tu también y participarás del alborozo.

5) LOS TECLADOS DE ORDENADOR.
Las tildes. La eñe. No hase falta desir nada más.

6) LAS TAPAS.
No queda otra que ponerse cañí, tópico y repelente, pero sí, la tortilla de patatas, los choricitos, el pulpo, el pescadito frito, los embutidos, ir de pinchos, tomar tapas, todas esas cosas, las quieres y añoras a todas y a cada una de ellas. Cuando te vayas no te olvides de decir "Aceitunas rellenas de anchoa, a ti te echaré de menos más que a ninguno".

7) IMPROVISAR.
Salir de trabajar con los compañeros e ir a tomar algo sin tener que haber quedado con días de antelación, cuadrado agendas y reservado un sitio. Que el tomar algo sin más se vuelve una cena, y la cena, una noche de juerga. Salir de casa una tarde para hacer un recado y volver a las tres de la mañana cansado, un poco borracho y feliz.

8) LAS FREGONAS.
Este, uno de los pocos inventos españoles en la lista de contribuciones mundiales, todavía no ha sido adoptado por todos los países del globo y no entendemos por qué. Prueba a solucionar una inundación provocada por una  avería en la lavadora sin fregona. Sí, exacto, ahora eres Cenicienta.

9) LAS BAYETAS.
Siguiendo con el campo de la limpieza y el hogar, nunca sospechaste que una bayeta absorbente podía convertirse en objeto de deseo. El gel de ducha en envase grande es una entelequia por la que peregrinar y las esponjas "normales" que tienes en mente y las que encuentras a la venta vienen de mundos diferentes.

10) LA SOBREMESA.
Poder alargar la comida/cena/café con cháchara, intimidades, maledicencias y planes para resolver el mundo sin que los camareros te miren mal, sin que cierren las puertas o sin que el resto de los comensales tenga que irse con mucha prisa.

11) LA VIDA EN LA CALLE.
Lo más simple se convierte en un privilegio. Estar en una terraza tomando algo al sol, puede ser una entelequia en tu nueva vida. Di adiós a los niños que juegan en los parques o en la calle, a salir a pasear sin rumbo fijo por algo que no sea un centro comercial y a las tiendas llenas a las nueve de la noche. Calles asestadas bien entradas las madrugadas veraniegas, adiós.

12) EL TOMATE FRITO.
Primera compra importante en tu nuevo hogar. Vas al súper buscando tomate frito porque das por supuesto que está en todas partes y te encuentras con que no hay, y si lo hay no es lo mismo ("no es lo mismo" se va a convertir en una frase muy repetida en tu vida). A partir de ahora chistes manidísimos como el "cuate, aquí hay tomate" harán que te salte una lágrima. 

13) EL COLACAO.
Con sus vetustos anuncios políticamente incorrectos, su icónica imagen, sus grumos, sus inventos peregrinos de cada verano... por muy buenos que sean los productos para chocolatear la leche, no encontrarás nada parecido.

14) NO TENER QUE CONDUCIR.
Un tema sensible para los que viven fuera de Europa. Poder ir a cualquier parte sin tener que coger el coche e introducirse en carreteras de cuatro carriles, o incluso poder llegar al trabajo en transporte público (por muy renqueante que sea) es la típica cosa que recordarás nostálgicamente cuando pases al volante de un armatoste un tercio de tu tiempo.

15) LOS HORARIOS.
Los locos horarios españoles tienen cosas espantosas como la jornada partida y llegar a casa de trabajar a las ocho de la tarde (o a las once de la noche), pero a la vez esa misma jornada partida permite a algunos privilegiados echarse la siesta (ya tardaba en salir) y da lugar a costumbres con las que cuesta más romper de lo que parece, como ¡poder comer a las tres de la tarde! ¡cenar a las diez de la noche! Mágico.

16) EL SENTIDO DEL HUMOR.
Tan difícil de definir y tan definitivo, el humor es una de las cosas más específicas y capaces de demostrar la conexión con otra persona, con otra cultura u otro país. Desde pillar los chistes, emplear la ironía o soltar frases de Chiquito o del APM en tus conversaciones cotidianas como si tal cosa, compartirlo provoca una sensación de pertenencia impagable.

17) EL CAFÉ.
Si no se está en Italia, Venezuela o Colombia, es muy probable que esté en el top de las cosas que se añoran. Cada país tiene su forma particular de prepararlo y esto nos lleva a los cafés aguados, los que tienen poso, los engendros con polvos instantáneos... por no hablar del galimatías de las diferentes formas de pedir por el mundo un café con leche o un cortado en tacita o vaso de caña. Te espera todo un mundo de variedades cafeteras y experiencias desiguales hasta dar con la versión del café que te resulte más satisfactoria. Puede que hasta al final te encuentres mirando un Starbucks con ojos de deseo.

18) EL ACEITE DE OLIVA.
Aceite de oliva a buen precio, de buena calidad y que no se venda en la sección de delicatesen como aceite italiano (aunque sea español). La mantequilla te encanta y estás convencido de sus bondades, pero una vez más repitamos el mantra "no es lo mismo".

19) EL PAN: OH, EL BUEN PAN.
Pan que no sea de molde, que no sea una baguette recalentada, que no sea precongelado. Aunque la calidad del pan en muchas zonas de España sea como para llorar masa madre y, por ejemplo, en Francia la diferencia es mejor, si vives en Inglaterra o en un país asiático que no haya sido colonizado por los franceses sabrás de qué estamos hablando.

20) EL TURRÓN (MENCIÓN ESPECIAL PARA EL SUCHARD).
Ay de aquellos que tienen que pasar unas Navidades fuera de casa. Las fechas de la nostalgia por excelencia son terreno abonado para recordarlo todo con emoción suprema. Si los italianos han conseguido que el panettone sea fácilmente localizable en supermercados de todo el mundo, la labor difusora del turrón no es ni mucho menos comparable. Hasta el duro y el de yema, que sólo gustan a los abuelos, te encontrarás recordando en tus cenas navideñas.

21) LAS RUFFLES AL JAMÓN.
Por supuesto que amas el jamón pero, reconócelo, también las Ruffles que de jamón tienen bien poco. Aquí les profesamos devoción y sabemos lo duro que puede ser pasar muchos meses sin notar esa sensación de que la lengua se te queda como un esparto tras devorar el contenido de una bolsa.

22) LAS PIPAS.
Fieles compañeras de los adolescentes que pelan la pava y de los domingos con partidos de fútbol, quién te iba a decir que podrías añorar tanto un producto tan simple, tan sucio y tan omnipresente en los kioskos españoles. Saladas o sin sal, su chasquido te volvía loco y todos sabemos que no, las pipas de calabaza no tienen ni punto de comparación.

Mundo Traveler.

lunes, 2 de diciembre de 2013

What a life of travel does to you.

A life of travel is a good thing to have. But once you start off on it, there's no looking back. What travelling does do to you is working inside of you, changing you completely as it finds a seat deep withing you. It's a parasite with a greedily voracious appetite. That bastard is hungry. Once the travel bug bites, you're afflicted for life. Once the wanderlust hits, your feet never stop being restless. It creeps into the edges of your mind. 

The temptation is always there just to take off work, drop everything, and go. And once you have a trip on the books, it's inevitable that your eyes creep toward a calendar during any spare moment and instinctually count down the days until you can flee. There's a constant itch that gets under your skin, and the only way to scratch it involves a plane (or train or bus) ticket, a backpack, and plans that don't go beyond "just get me out".

Our heroes are people like Anthony Bourdain, who makes a living (and a life) out of trekking to the furthest corners of the map. We like stumbling through sentences in foreign languages like kindergarteners. We feel proud when we can get through three weeks in Eastern Europe on a single backpack or successfully navigage through the tricky back alleys of a new city. We get thrills during the moment that a plane takes off from the runway or a bullet train pulls out of the station. We get off on eating foods that contain things we've never tried before, let alone heard of. We love filling out those "where I've been" maps and seeing just how much of the world we've covered.

One of my favourite quotes about travelling is "I haven't been everywhere, but it's on my list". Iit sums up perfectly just why I love globetrotting so much. Once you start, you can never truly finish. There's always more to see, more to explore, more summits to climb, more seats to dive into, more cities to get lost in.

As scared as I am that I'll lose the means to travel, I think I know in the back of my head that I´ll never let it truly happen. Wanderlust doesn't just die from disuse or neglect. Get a camel, a hot air balloon, a pair of snowshoes, a hang glider, a sled pulled by dogs... if you want to get out, you`re getting out.

sábado, 23 de noviembre de 2013

La mitad de lo que hemos vivido hace más ruido que el ruido de un cañón.

Si tengo que ser sincera no recuerdo cómo fue, ni exactamente cuándo, pero desde entonces camina a mi lado aunque no pueda verla siempre. Ella camina a mi lado con la distancia prudencial del que viaja todo el trayecto por el carril de al lado, exactamente a la misma velocidad. Hay meses en los que tengo que racionar lo que me ha dejado antes de irse y apañármelas hasta su regreso. Sin embargo, cuando después de tanto esperar aparece... ¡menudo subidón! Llega arrastrando toda preocupación que pueda tener y consiguiendo que no haya más que hueco para el carpe diem y los buenos pensamientos. No entiendo cómo puede hacerme tanto bien ni transmitirme tanto con tan poco, cuando va caminando por el mundo con su banda sonora del "buenrollismo". No entiendo cómo he podido estar tanto tiempo sin ella en mi vida. Pero aunque puede que no sepa muchas cosas, hay algo que tengo claro y es que entró en mi vida para quedarse. Gracias por mostrarme que la amistad existe y puede ser maravillosa.

¡MUCHÍSIMAS FELICIDADES! TE QUIERO MUCHÍSIMO.

martes, 12 de noviembre de 2013

Cuando sepas de mí.

Cuando sepas de mí, tú disimula. No les cuentes que me conociste, ni que estuvimos juntos, no les expliques lo que yo fui para ti, ni lo que habríamos sido de no ser por los dos. Primero, porque jamás te creerían. Pensarán que exageras, que se te fue la mano con la medicación, que nada ni nadie pudo haber sido tan verdad ni tan cierto. Te tomarán por loco, se reirán de tu pena y te empujarán a seguir, que es la forma que tienen los demás de hacernos olvidar. 

Cuando sepas de mí, tú calla y sonríe, jamás preguntes qué tal. Si me fue mal, ya se ocuparán de que te llegue. Y con todo lujo de detalles. Ya verás. Poco a poco, irán naufragando restos de mi historia contra la orilla de tu nueva vida, pedazos de recuerdos varados en la única playa del mundo sobre la que ya nunca más saldrá el sol.  Y si me fue bien, tampoco tardarás mucho en enterarte, no te preocupes.  Intentarán ensombrecer tu alegría echando mis supuestos éxitos como alcohol para tus heridas, y no dudarán en arrojártelo a quemarropa. Pero de nuevo te vendrá todo como a destiempo, inconexo y mal. 

Qué sabrán ellos de tu alegría. Yo, que la he tenido entre mis manos y que la pude tutear como quien tutea a la felicidad, quizás. 

A lo que iba.

Nadie puede imaginar lo que sentirás cuando sepas de mí. Nadie puede ni debe, hazme caso. Sentirás el dolor de esa ecuación que creíamos resuelta, por ser incapaz de despejarla hasta el final. Sentirás el incordio de esa pregunta que jamás supo cerrar su signo de interrogación. Sentirás un qué hubiera pasado si. Y sobre todo, sentirás que algo entre nosotros continuó creciendo incluso cuando nos separamos. Un algo tan grande como el vacío que dejamos al volver a ser dos. Un algo tan pequeño como el espacio que un sí le acaba siempre cediendo a un no. 

Pero tú aguanta. Resiste. Hazte el favor. Háznoslo a los dos. Que no se te note. Que nadie descubra esos ojos tuyos subrayados con agua y sal. 

Eso sí, cuando sepas de mí, intenta no dar portazo a mis recuerdos. Piensa que llevarán días, meses o puede que incluso años vagando y mendigando por ahí, abrazándose a cualquier excusa para poder pronunciarse, a la espera de que alguien los acogiese, los escuchase y les diese calor. Son aquellos recuerdos que fabricamos juntos, con las mismas manos con las que construimos un futuro que jamás fue, son esas anécdotas estúpidas que sólo nos hacen gracia a ti y a mí, escritas en un idioma que ya nadie practica, otra lengua muerta a manos de un paladar exquisito.

Dales cobijo. Préstales algo, cualquier cosa, aunque sólo sea tu atención.

Porque si algún día sabes de mí, eso significará muchas cosas. La primera, que por mucho que lo intenté, no me pude ir tan lejos de ti como yo quería. La segunda, que por mucho que lo deseaste, tú tampoco pudiste quedarte tan cerca de donde alguna vez fuimos feliz. Sí, feliz. La tercera, que tu mundo y el mío siguen con pronóstico estable dentro de la gravedad. Y la cuarta, por hacer la lista definitiva, que cualquier resta es en realidad una suma disfrazada de cero, una vuelta a cualquier sitio menos al lugar del que se partió. 

Nada de todo esto debería turbar ni alterar tu existencia el día que sepas de mí. Nada de todo esto debería dejarte mal. Piensa que tú y yo pudimos con todo. Piensa que todo se pudo y todo se tuvo, hasta el final.

A partir de ahora, tú tranquilo, que yo estaré bien. Me conformo con que algún día sepas de mí, me conformo con que alguien vuelva a morderte de alegría, me basta con saber que algún día mi nombre volverá a rozar tus oídos y a entornar tus labios.  Esos que ahora abres ante cualquiera que cuente cosas sobre mí. 

Por eso, cuando sepas de mí, no seas tonto y disimula. Haz ver que me olvidas. Y me acabarás olvidando. De verdad.

jueves, 31 de octubre de 2013

No hay distancia que esté lejos.

En el largo recorrido de tu vida encuentras a personas especiales. Con ellas ríes, vives, lloras, aprendes y escuchas. Te muestran los colores de la vida, ellos te invitan a abrir las puertas del alma, dando un paso un cariño eterno. Solo esas personas pueden hacerte reír en el peor día de tu vida, solo ellas pueden sacarte una sonrisa en medio de una inundación de lágrimas, solo ellas saben cómo hacer para que te agarres a sus brazos y que no te sueltes nunca más. Y entonces es cuando te das cuenta de que no estás solo, aunque te alejes de ellos, la sombra de su amistad te abriga y te calza con cada uno de tus pasos porque, aunque no los veas, siempre están ahí. 

martes, 22 de octubre de 2013

Recuerda que aunque estemos solos, estamos unidos en la soledad.

Querida Holly,

No tengo mucho tiempo, no literalmente, sino porque has salido a comprar helados y volverás pronto. Ésta será la última carta, sólo me queda una cosa por decirte. Esta carta no es para que me recuerdes ni para que compres una lámpara, puedes cuidar de ti misma sin mi ayuda. Es para decirte cómo me he sentido, cómo me has cambiado. Me has convertido en un hombre queriéndome y por eso te estoy eternamente agradecido, literalmente. Quiero que me prometas algo: que nunca estarás triste o insegura o perderás por completo la fe, que tratarás de verte con mis ojos. Gracias por aceptar ser mi esposa, soy un hombre que no se arrepiente, ¡qué suerte he tenido! Tú has llenado mi vida, pero yo sólo soy un capítulo de la tuya. Habrá más, te lo prometo. Y ahora viene el gran consejo: No tengas miedo a volver a enamorarte, prepárate para esa señal que parece el fin del mundo.

Posdata: siempre te amaré.

sábado, 28 de septiembre de 2013

El camino es largo y, en el fondo, el viaje es el destino.

Al recordar las cosas que dije todos estos años atrás y los sueños y esperanzas que tenía he llegado a la conclusión de que si el éxito en la vida se mide por las cosas que salen como las planeamos en un principio, algunos considerarían que he fracasado. Lo más importante es no sentir amargura por las decepciones de la vida, aprender a dejar atrás el pasado y reconocer que todos los días no puede brillar el sol, y cuando te encuentres perdido en las tinieblas de la desesperación recuerda que solo en la oscuridad de la noche podrás ver las estrellas y que esas estrellas te guiarán a casa. Así que no tengas miedo de cometer equivocaciones, de tropezar y de caer, la mayoría de las veces las grandes recompensas se obtienen cuando haces las cosas que más te asustan. Tal vez logres cumplir todos tus deseos, tal vez consigas más de lo que puedas imaginar. Quién sabe a dónde te llevará la vida, el camino es largo y en el fondo el viaje es el destino.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

La vida es del color que tú quieras soñar.

Es posible que lleves tiempo pensando que no sabes que hacer con tu vida, que no sabes hacia donde quieres ir pero que pase lo que pase quieres tener éxito. Prácticamente todos los días la gente dice "tengo que elegir carrera y no sé qué hacer", "quiero tener un trabajo de éxito y que me dé dinero", "no sé qué es lo que tiene más salidas"... esto es el comienzo del camino hacia el fracaso. ¿Qué es lo que quieres hacer? ¿Qué es lo que te apasiona? Ves gente con trajes y dinero y con trabajos estresantes y, ¿crees que eso es éxito? Eso no es éxito. Lo único que quieres entonces es dinero y nadie va a poder ayudarte con eso porque, permíteme que te lo diga, todo el mundo quiere dinero, eso no te hace especial. A pesar de todo sí que hay gente que tiene objetivos, que tiene metas, sueña con cosas... pero no paran de ponerse excusas: "no sé lo suficiente", "hay mucha crisis", "no tengo el dinero para arrancar este proyecto", "no tengo recursos"... Esto es todo mentira, el recurso más importante que necesitas para hacer tu proyecto está en tu cabeza. 

¿Sabes por qué se paga tanto a la gente con ideas? Porque no se pueden producir en masa. No importa cuanto dinero tenga una persona, ese dinero jamás va a ser capaz de producir las ideas geniales que tu mente puede crear en una habitación que está vacía. Y si lo intentas y tienes una idea y sueñas con ella te van a decir que es imposible, que seas realista, e incluso igual tú mismo te dices que seas realista, que no se puede hacer. ¿Cuánta gente que ha tenido éxito en su vida ha sido realista? La persona que decidió que iba a poner un barco de metal gigante en el agua y que iba a transportar a gente no estaba siendo realista. La persona que inventó internet, un medio de comunicación que conecta de forma invisible a todas las personas del mundo, no estaba siendo realista. ¿Por qué querría alguien ser realista? Si en el momento en que desechas tu idea y abres la puerta a ese "ser realista" estás aceptando y haciendo posible que esa idea de imposibilidad se cumpla. Pero bueno, tampoco te engañes pensando que el éxito es tan solo una idea, sólo un sueño. Alguien muy sabio dijo una vez que el éxito es un 1% de inspiración y un 99% de transpiración, es decir, de esfuerzo. Esto quiere decir con otras palabras que el trabajo duro vence al talento cuando el talento no se está esforzando. Existe un defecto generalizado que consiste en no saber diferenciar entre talento y habilidad. El talento es algo con lo que nacemos, la habilidad es algo que se crea con determinación y con horas y horas de dedicación a lo mismo. Y no importa cuánto talento tengas, tu talento te va a fallar como no pongas en práctica tus habilidades. Hay muchísima gente genial que se acomoda en ese talento y no tiene talento en un campo porque eso es suficiente. Tienes que pararte y pensar: "¿Cuánto deseo esto? ¿Cuánto quiero llegar a esta meta y cuánto estoy dispuesto a dar para cumplir este objetivo?" Porque esto es lo que te vas a tener que recordar constantemente para cumplir este objetivo.

Piensa que en el camino la competencia va a ser brutal. Mientras estés durmiendo va a haber alguien que esté trabajo para ser el mejor en lo mismo en lo que tú quieres tener éxito. Mientras estés descansando o aireándote va a haber alguien que va a seguir trabajando en lo que tú quieres tener éxito. Y si no estás dispuesto a poner todo ese esfuerzo, quizá simplemente no hayas sido sincero y esa no es la meta a la que quieres llegar, quizá no es el objetivo al que querías llegar, porque si lo es te aseguro que te vas a esforzar, vas a trabajar todos los días como si fuese el último día en el que puedes trabajar en eso. Como si no tienes más tiempo y está toda la gente en tu nunca gritándote que es lo que tienes que hacer. Así que deja de culpar a toda la gente que tengas a tu alrededor de tu falta de éxito, deja de pensar que tienes mala suerte, deja de creer que el universo está en contra de que tú consigas algo o de que hay alguien que está dispuesto a hacer lo que sea para que no llegues a conseguirlo, porque sinceramente todas son mentira, y todas son verdad en la medida en que nosotros permitamos que lo sean. Si quieres algo, hazlo. Haz todo lo que esté en tu mano, cada hora, cada día, cada semana, para conseguirlo. Dicen que el precio del éxito es altísimo, pero es que la recompensa también. Que si te arriesgas lo puedes perder absolutamente todo, pero también vas a ganar un montón de cosas más importantes que las que vas a perder. Deja de lado la negatividad y deja de ponerte excusas para no salir de tu zona de confort. Dejar de decirte que ya lo harás, ayer era tarde. Ya tendrás tiempo después de volver, cuando lo hayas conseguido, y decirles a todos los que te están diciendo que no es posible que ya lo has hecho.

Si necesitas un consejo para saber qué es lo que puedes hacer: decídelo tú. Nadie mejor que tú puede decidir qué es lo que puedes hacer y qué es lo que vas a hacer. Y, sobre todo, ten un montón de paciencia, siempre ten paciencia hagas lo que hagas. Las películas con sus pequeñas secuencias de 30 segundos en las que pasan meses y alguien consigue algo, han hecho que tengamos la idea de que las cosas se consiguen en tres días, y que si en tres días no lo has conseguido, lo tienes que dejar porque va mal. Las cosas requieren muchísimo tiempo y muchísimo esfuerzo. Y como no estés dispuesto a hacerlo no lo vas a conseguir, te vas a quedar en esa mediocridad de pensar que lo podrías haber hecho pero nunca llegaste. Alguien a quien admiro mucho dijo: "No intentes construir un muro. No te digas a ti mismo: Voy a construir el muro más increíble y más impresionante que he construido jamás. En vez de eso di: Voy a colocar este ladrillo de la forma más perfecta que se puede colocar un ladrillo. Y haz eso todos los días, así es como se construye un muro".

Sólo te hace falta un momento de locura y de decir "lo voy a hacer", porque en el momento en que tú decidas que vas a hacer algo es el momento en que lo vas a hacer realidad.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Que septiembre no nos quite la ilusión jamás.

El resto de vuestras vidas es mucho tiempo y, lo sepáis o no, se está definiendo ahora. Podéis elegir culpar a las circunstancias, al destino, a la mala suerte, a las malas decisiones... o podéis luchar. En el mundo real las cosas no siempre van a ser fáciles, así es como funcionan, pero la mayoría recoge lo que siembra. Dejadme que os haga una pregunta: ¿Qué es peor? ¿No conseguir todo lo que se desea? ¿O conseguirlo y descubrir que no es suficiente? El resto de vuestras vidas se está decidiendo ahora, con los sueños que perseguís, las decisiones que tomáis y la persona que decidís ser. El resto de vuestras vidas es mucho tiempo y el resto de vuestras vidas empieza ahora mismo.

viernes, 13 de septiembre de 2013

El triunfo de los mediocres.

Quizá ha llegado la hora de aceptar que nuestra crisis es más que económica, va más allá de estos o aquellos políticos, de la codicia de los banqueros o la prima de riesgo. Asumir que nuestros problemas no se terminarán cambiando a un partido por otro, con otra batería de medida urgentes o una huelga general. Reconocer que el principal problema de España no es Grecia, el euro o la señora Merkel. Admitir, para tratar de corregirlo, que nos hemos convertido en un país mediocre.

Ningún país alcanza semejante condición de la noche a la mañana. Tampoco en tres o cuatro años. Es el resultado de una cadena que comienza en la escuela y termina en la clase dirigente. Hemos creado una cultura en la que los mediocres son los alumnos más populares en el colegio, los primeros en ser ascendidos en la oficina, los que más se hacen escuchar en los medios de comunicación y a los únicos que votamos en las elecciones, sin importar lo que hagan. Porque son de los nuestros.

Estamos tan acostumbrados a nuestra mediocridad que hemos terminado por aceptarla como el estado natural de las cosas. Sus excepciones, casi siempre reducidas al deporte, nos sirven para negar la evidencia. 

Mediocre es un país donde sus habitantes pasan una media de 134 minutos al día frente a un televisor que muestra principalmente basura. Mediocre es un país que en toda la democracia no hadado un presidente que hablara inglés o tuviera unos mínimos conocimientos sobre política internacional.

Mediocre es el único país del mundo que, en su sectarismo rancio, ha conseguido dividir incluso a las asociaciones de víctimas del terrorismo. Mediocre es un país que ha reformado su sistema educativo tres veces en tres décadas hasta situar a sus estudiantes a la cola del mundo desarrollado.

Mediocre es un país que no tiene una sola universidad entre las 150 mejores del mundo y fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse para sobrevivir. Mediocre es un país con una cuarta parte de su población en paro, que sin embargo, encuentra más motivos para indignarse cuando los guiñoles de un país vecino bromean sobre sus deportistas.

Es mediocre un país donde la brillantez del otro provoca recelo, la creatividad es marginada - cuando no robada impunemente - y la independencia sancionada.

Un país que ha hecho de la mediocridad la gran aspiración nacional, perseguida sin complejos por esos miles de jóvenes que buscan ocupar la próxima plaza en el concurso Gran Hermano, por políticos que insultan sin aportar una idea, por jefes que se rodean de mediocres para disimular su propia mediocridad, y por estudiantes que ridiculizan al compañero que se esfuerza.

Mediocre es un país que ha permitido, fomentado y celebrado el triunfo de los mediocres, arrinconando la excelencia hasta dejarle dos opciones: marcharse o dejarse engullir por la imparable marea gris de la mediocridad.

David Jiménez.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Sois lección de amor.

Gran verano a vuestro lado. Nos unen billones de momentos conmemorables, un millón de sonrisas, más de cinco mil carcajadas, miles de miradas que enmarcar, cientos de días de desfase, algunos que otros llantos y enfados y millones de anécdotas que hacen de nosotros una unión más fuerte a cada segundo.


A veces tienes que estar alejado de aquellos a los que quieres, pero eso no significa que no los quieras, muchas veces eso te hace quererlos aún más.

domingo, 8 de septiembre de 2013

De Madrid al cielo, y en el cielo un agujerito para verlo.

Porque Madrid, en realidad, no es nada especial. No tiene un gran río. Ni apenas rascacielos. Ni canales, ni lagos. Ni gloriosas ruinas. Ni mar. A Madrid le faltan muchas cosas. Pero tiene la gente por las calles. El rincón inesperado. La variedad. El contraste. La animación constante. Y sus costumbres. Vale la pena levantarse temprano - por una vez- para vivir un día la vida de Madrid. Madrid, no te hace falta unas Olimpiadas para demostrarnos lo que vales. 

jueves, 5 de septiembre de 2013

¡Qué bien sabe ser de Madrid!

Cuando uno llega a Madrid necesita muy poco para darse cuenta de que es diferente, y no es solo por sus innumerables terrazas, sus parques o sus barrios de toda la vida. Es por cómo te sientes cuando estás en ellos, esa es la verdadera magia de Madrid. Porque esta ciudad hace que cualquiera se sienta un madrileño más desde el primer día y, lo que es más, seas de donde seas, en Madrid siempre puedes ser tú mismo. Una ciudad así se merece unos juegos olímpicos.

martes, 27 de agosto de 2013

Eliminemos la frontera más peligrosa: la que nosotros mismos creamos.

Mi mejor amigo me recordó una cita de William Shakespeare que nos viene muy bien: "Existe una marea en los asuntos humanos que tomada en pleamar conduce a la fortuna y omitida convierte la travesía de la vida en un cúmulo de escollos y desgracias. En pleamar flotamos ahora y debemos aprovechar la corriente cuando es favorable o perderemos nuestro cargamento". Creo que lo que significa esta cita es que la vida es breve y las oportunidades escasas y que debemos estar alerta para aprovecharlas, y no solo las oportunidades para triunfar, sino también las oportunidades para reír y ver la belleza del mundo y para vivir. Porque la vida no nos debe nada, de hecho creo que somos nosotros los que debemos algo al mundo. 

miércoles, 7 de agosto de 2013

Son mis amigos, por encima de todas las cosas.

A lo largo de la vida te vas dando cuenta de que no están todos los que te gustaría, pero los que siempre van quedando son los que valen.

jueves, 1 de agosto de 2013

Soy un cruce de caminos.

Hay momentos en la vida en los que llegamos a un cruce de caminos, temerosos, confusos, sin un mapa de carreteras. Las decisiones que tomamos en esos momentos pueden decidir el resto de nuestros días. Aunque cuando nos enfrentamos a lo desconocido la mayoría preferimos dar la vuelta y regresar, pero a veces la gente sigue hacia algo mejor, algo que se encuentra más allá del dolor de caminar solo y más allá del valor que se necesita para aceptar a alguien o para dar a alguien una segunda oportunidad, algo que está más allá de la callada persistencia de un sueño. Porque solo cuando te ponen a prueba descubres quién eres de verdad y solo cuando te ponen a prueba descubres quién puedes llegar a ser. La persona que quieres ser existe en algún lugar, más allá del trabajo duro, de la fe y de la convicción, más allá de la angustia y del temor ante lo que nos aguarda.

miércoles, 17 de julio de 2013

Ahora tu cabeza es una tormenta de arena y cada noche una espiral.

A veces, el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar. Tú cambias de rumbo intentando evitarla. Y entonces la tormenta también cambia de dirección, siguiéndote a ti. Tú vuelves a cambiar de rumbo. Y la tormenta vuelve a cambiar de dirección, como antes. Y esto se repite una y otra vez. Como una danza macabra con la muerte antes del amanecer. Y la razón es que la tormenta no es algo que venga de lejos y que no guarde relación contigo. Esta tormenta, en definitiva, eres tú. Es algo que se encuentra en tu interior. Lo único que puedes hacer es resignarte, meterte en ella de cabeza, taparte con fuerza los ojos y las orejas para que no se te llenen de arena e ir atravesándola paso a paso. Y en su interior no hay sol, ni luna, ni dirección, a veces ni siquiera existe el tiempo. Allí sólo hay una arena blanca y fina, como polvo de huesos, danzando en lo alto del cielo. Imagínate una tormenta como ésta. 

Y tú en verdad la atravesarás, claro está. La violenta tormenta de arena. La tormenta de arena metafísica y simbólica. Pero por más metafísica y simbólica que sea, te rasgará cruelmente la carne como si de mil cuchillas se tratase. Muchas personas han derramado allí su sangre y tú, asimismo, derramarás allí la tuya. Sangre caliente y roja. Y esa sangre se verterá en tus manos. Tu sangre y, también, la sangre de los demás. Y cuando la tormenta de arena haya pasado, tú no comprenderás cómo has logrado cruzarla con vida. No. Ni siquiera estarás seguro de que la tormenta haya cesado de verdad. Pero una cosa sí quedará clara. Y es que la persona que surja de la tormenta no será la misma persona que penetró en ella. Y ahí estriba el significado de la tormenta de arena. 

domingo, 14 de julio de 2013

Nunca dejes de viajar.

Dicen que viajar es buscar tu identidad por contraste y que es la única cosa por la que tienes que pagar que te hace más rico. Este vídeo refleja a la perfección lo que significa viajar. Para mí, viajar es lo más bonito que hay.


Recuerda que la vida es una sucesión de momentos y que depende de ti cómo los vivas. 

jueves, 4 de julio de 2013

You're the only one that ever turns a grey sky blue.

Una vida - cualquiera - se resume en una serie de acontecimientos especiales, de puntos y aparte. Puntos que, por más tiempo que transcurra, permanecen intactos en la memoria, remanentes hasta el mismo día en que nos alcanza la muerte. Si deseamos que aparezcan, basta con pararse a pensar en todo lo que uno ha hecho durante su vida (o en lo que no ha hecho) y la sucesión de esas imágenes, difusas en la mente, son el unir los puntos de nuestra existencia. No suelen ser hechos trascendentes, sino simples momentos tan insignificantes para cualquier otra persona como especiales para uno mismo: el primer "te quiero", la muerte de un familiar o la muerte de un ser querido, la frontera que traza el primer "usted", el temblor de piernas incontrolable tras un accidente, las noches pasadas en un hospital prometiendo cosas a un dios que después olvidas, el primer beso en los labios o el primer beso en la boca - nunca es lo mismo -, la peor discusión con tu mejor amigo, ver tempranear el sol, la cicatriz más grande del cuerpo, el brotar de una vida, las noches en casa de los abuelos, descubrir que una pesadilla ha sido una pesadilla o la primera vez que comprendes que siempre que alguien quiere comprar hay alguien que, al final, vende.

lunes, 24 de junio de 2013

Recuerda esta noche porque es el principio de siempre.

Recuerda esta noche porque es el principio de siempre. Una promesa como una recompensa por persistir a través de la vida tanto tiempo solos. En la creencia en el otro y en la posibilidad del amor, la decisión de ignorar se alza sobre el dolor del pasado. Una alianza que, de una sola vez, une dos almas y rompe los lazos anteriores. La celebración de la oportunidad asumida y del reto futuro. Porque dos siempre serán más fuertes que uno, como un equipo unido ante las tempestades del mundo. Y el amor siempre será la fuerza que guíe nuestras vidas. Porque esta noche es una mera formalidad, solo un anuncio al mundo de sentimientos largamente acariciados, promesas realizadas hace tiempo en el sagrado espacio de nuestros corazones. 

martes, 18 de junio de 2013

Los valientes son los que son de verdad.

¿Qué es la humildad infantil? No es falta de inteligencia, sino falta de maña, falta de intereses ocultos. Es esa preciosa y efímera etapa antes de haber acumulado suficiente orgullo o actitud como para que nos importe lo que piensan los demás. Es la misma honestidad genuina que hace que un niño de tres años pueda chapotear alegremente en un charco de lluvia, revolcarse en el césped como un cachorrito mientras ríe a carcajadas o decir en voz muy alta que tienes un moco colgando de la nariz, la que se necesita para entrar en el cielo. Es lo opuesto a la ignorancia. Es honestidad intelectual: es estar dispuesto a aceptar la realidad aun cuando es difícil y llamar a las cosas por su nombre.

Todo iría mucho mejor si la gente mantuviera esta humildad infantil, aunque fuese un poco...

jueves, 13 de junio de 2013

No importa que llueva si estoy cerca de ti.

Yo creo que además de carne y hueso, estamos hechos de recuerdos. Creo que una persona, en un momento dado, no es más que la confluencia de todo lo que ha vivido y de cada pequeño paso que ha dado antes. Y yo soy como soy por todo lo que he compartido con ella. Ella también es parte de mí. 

A lo largo de tu vida llegas a querer a mucha gente y muchos comparten momentos especiales contigo, pero pocos dejan una huella significante. De pronto, aparece alguien que ve en ti lo que nadie ve, que te admira a pesar de ser ella misma una persona admirable y que, aún conociendo todos y cada uno de tus defectos y errores, tiene el don de hacerte brillar. 

Ella ya sabe que me encanta regalar palabrería cursi y demostrar mi cariño escribiendo. De vez en cuando pretendo tener un detalle especial con quien ha sido la protagonista de tantas sonrisas mías; pero cuanto más pasa el tiempo, más cosas nos unen. Me he dado cuenta de que, pase lo que pase, nunca me sentiré sola si la tengo a ella; da igual dónde estemos, cómo o con quién. Es cierto que en la vida todo cambia y nada es para siempre: las personas te defraudan, tus sueños se rompen... Pero sé que ella siempre estará a pesar del tiempo o de los kilómetros, aguantando el chaparrón conmigo. 

¿Por qué me eligió ella a mí? Pues no lo sé, pura suerte quizás... Pero puedo sentirme afortunada. 

domingo, 9 de junio de 2013

My illusion, my mistake.

Creamos las ilusiones que necesitamos para seguir adelante. Y, un día, cuando ya no nos deslumbren ni nos reconforten, las derribaremos, ladrillo a ladrillo, aunque sean brillantes, hasta que no nos quede más que la luz reluciente de nuestra honestidad. La luz es liberadora. Necesaria. Terrorífica. Nos quedamos de pie ante ella desnudos y vacíos. Y cuando nuestros ojos no pueden soportarla más, construimos una nueva ilusión que nos proteja de su implacable verdad. 

lunes, 3 de junio de 2013

Algunas veces se gana, y otras se aprende.

Decía  Elisabeth Kübler-Ross en su necesario libro "Lecciones de Vida":
"¿Qué ocurriría si empezáramos a correr algunos riesgos, si nos enfrentáramos a nuestros miedos? ¿Y qué si fuéramos más lejos, si persiguiéramos nuestros sueños, si obedeciéramos a nuestros deseos? ¿Qué ocurriría si nos permitiéramos experimentar libremente el amor y encontrar satisfacción en nuestras relaciones? ¿Qué clase de mundo sería éste? Un mundo sin miedo. Puede que sea difícil de creer, pero la vida tiene muchas más cosas de las que nos permitimos experimentar.
Muchas más cosas serían posibles si dejáramos de ser cautivos del miedo.
Hay un mundo dentro y fuera de nosotros - un mundo en el que hay menos miedo - esperando a ser descubierto.
Pero es fácil experimentar temor donde no hay peligro. Este tipo de miedo es ficticio, no es real. Puede parecer real pero no tiene base en la realidad y, aun así, nos mantiene despiertos por la noche, nos impide vivir. Parece no tener propósito ni clemencia, nos paraliza y debilita el espíritu cuando lo dejamos actuar. Esta clase de miedo se basa en el pasado y desencadena miedo al futuro. Pero este miedo inventado sirve de hecho a un propósito: nos da la oportunidad de aprender a elegir el amor. Es un grito de nuestra alma pidiendo crecer, pidiendo sanarse. Son oportunidades para elegir de nuevo y de manera diferente, para elegir el amor por encima del miedo, la realidad por encima del espejismo, el presente por encima del pasado. Para los propósitos de este capítulo y para nuestra felicidad, cuando nos referimos al miedo estamos hablando de estos miedos ficticios que restan valor a nuestra vida. 
Si sabemos abrirnos paso a través de nuestros miedos, si somos capaces de aprovechar todas las oportunidades posibles, podemos vivir la vida que tan solo nos habíamos atrevido a soñar.Podemos vivir libres de juicios, sin temor a la censura de los demás, sin restricciones.
Nuestros miedos no evitan la muerte, frenan la vida. Difícilmente llegamos a reconocer hasta qué punto dedicamos la vida a manejar el miedo y sus efectos. El miedo es una sombra que lo obstruye todo: nuestro amor, nuestros verdaderos sentimientos, nuestra felicidad, nuestro ser mismo." 
Los actos que surgen de nuestro coraje nos elevan por encima de nuestras posibilidades y dan forma a nuestra vida. Porque el coraje no es la ausencia de miedo, sino más bien la consecuencia de que hay algo por lo que merece la pena arriesgarse, aunque tengamos miedo. 

Curiosamente, Elisabeth Kübler-Ross, considerada la principal autoridad mundial sobre el acompañamiento a enfermos terminales dice que si se pregunta a una persona que está a punto de morir qué volvería a hacer si viviera, la respuesta en la práctica totalidad de los casos es ésta: "Me hubiera arriesgado más".  Cuando, de nuevo, la Dra. Kübler-Ross preguntaba al moribundo el porqué de esta respuesta, los argumentos que recibía se caracterizaban por el siguiente estilo de reflexión: "Porque aquello que quería hacer y no hice por miedo; o aquello que quería decir y no dije por pudor o temor; o aquella expresión de afecto que reprimí por un excesivo sentido del ridículo; me parecen una nimiedad absoluta frente al hecho de morirme. La muerte es algo que no decido yo, la vida me empuja a ello y ahora, frente a ella, me doy cuenta de que todas esas circunstancias que me parecían un reto terrible son una nimiedad comparada con el hecho de que me muero y no hay vuelta atrás". Se trata sin duda de una respuesta cargada de sentido común si tenemos en cuenta que la vida es una gran oportunidad de arriesgarnos para aprender, crecer, compartir y amar

Quizás las cosas que nos parecen difíciles no lo son tanto si nos arriesgamos y si pensamos en que gracias al coraje que nace del amor podremos superar muchos retos y dificultades. ¿Y si no lo logramos? Pues por lo menos hemos aprendido algo en el proceso y quizás se abran otras puertas inesperadas en nuestro camino de vida. 

En realidad el refrán ese que todos conocemos "Algunas veces se gana, y otras se pierde" no es cierto. El refrán debería decir "Algunas veces se gana, y otras se aprende". Eso sí, una o uno tiene que tener las ganas de extraer una lección para no volver a pasar por el mismo sufrimiento, si está en nuestras manos. 

martes, 28 de mayo de 2013

And then a hero comes along with the strength to carry on.

Si hay alguien que sabe de batallas es ella, que lleva toda la vida luchando contra "enemigos" y superando las tormentas de la vida. No, fuerza no le falta, ¿cuántas veces habré visto a mi madre al terminar el día con su piel revestida de sudor y con ojos cansados pero llegando a casa con una sonrisa en la cara y rebosando cariño? Además, ¿quién sino lleva luchando día a día desde que nací para darme una vida mejor?

También tiene superpoderes, siempre ha hecho desaparecer mis lágrimas y mis tristezas con simples palabras, dibujando la mejor de mis sonrisas en la cara sin usar ningún pincel. Ella que entiende los silencios y cogiéndome sólo la mano es capaz de cubrirme el corazón. Ella que me ha enseñado que nada es imposible, resucitando muchos de mis sueños. Ella que cada vez que el mundo se me ha roto en pedazos me ha enseñado cómo hacer un hermoso mosaico con los restos. 

Lo reconozco, mi madre no vuela, pero ¿para qué quiere hacerlo? Su poder consiste en hacerme volar a mí en mi vida y es lo que está haciendo. Si algo sobrehumano aporta es servirme de ejemplo cuando nadie más es capaz de hacerlo y estar siempre ahí, siempre, a pesar de los miles de kilómetros que puedan separarnos.

Ella no lleva antifaz, ni capa ni ningún tipo de traje aerodinámico. Tampoco echa chispas por los ojos ni cohetes por los puños, pero ella sí que es una verdadera heroína, mi heroína.

¡MUCHÍSIMAS FELICIDADES MAMÁ!

jueves, 23 de mayo de 2013

Erasmus es mucho más que una palabra.

Ser Erasmus es mucho más que una beca, es mucho mucho más que una palabra, es mucho más que una oportunidad. Es una suerte que sólo unos pocos privilegiados pueden tener y de la que pueden presumir. Estar de Erasmus es algo maravilloso, sólo sabes lo que es cuando lo vives. Cuando vives esa amistad que nace más allá de las barreras lingüísticas o culturales, esa amistad que va más allá de las fronteras. Es difícil dejar atrás todo eso. Puede sonar muy dramático, pero en la vida de todo estudiante Erasmus hay un antes y un después

El Erasmus es distinto en cada país, en cada ciudad, incluso en cada persona. Las experiencias que recibe un Erasmus le hacen madurar. Aprende idiomas, cultura, viaja, conoce amigos de todas partes y, en definitiva, te forma como ser humano. Son una iniciativa que, desde mi punto de vista, te enseña definitivamente a ser europeo, a saber lo que encierra la palabra Europa y a sentirte parte de una comunidad infinitamente más grande de a la que siempre has pertenecido. Aprendes a manejar el Facebook, a bromear en un idioma que no es el tuyo, incluso a compartir experiencias con personas que distan miles de kilómetros de tu cultura. 

Para mí el Erasmus es una forma de vida. El Erasmus no es un programa de intercambio, es una consante a lo largo del resto de nuestras vidas.  Creo que nunca se es "ex-Erasmus", si lo has sido siempre lo seguirás siendo. Definitivamente, para mí es todo eso y mucho más: Erasmus es mucho más que una palabra

lunes, 20 de mayo de 2013

¡Nacimos para ser impresionantes!

El mundo necesita que dejes de ser aburrido, sí, ¡TÚ! Ser aburrido es fácil, cualquiera puede ser aburrido, pero tú eres mejor que eso. La vida no es un juego. La vida tampoco es un plato de cereal, bueno, sí hay un cereal con ese nombre ("Life"). Y si la vida es un juego, ¿no estamos todos en el mismo equipo? Yo estoy en tu equipo y tú estás en mi equipo, esto es la vida. Tienes aire que entra por tu nariz, tienes latidos de corazón, eso significa que es hora de hacer algo. 

Un poema: "Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo tomé el menos transitado"... ¡y me dolió! Muchísimo... ¡piedras, espinas y vidrio! Mis pantalones se rompieron. Y eso no es guay, Robert Frost. Pero si había realmente dos caminos, quiero estar en el que lleva hacia lo impresionante. Es como aquel sujeto, Journey, dijo: "No dejes de creer a menos que tu sueño sea estúpido". Entonces debes conseguirte un mejor sueño, creo que así es como va. Obtén un mejor sueño y sigue adelante, sigue adelante, sigue adelante y sigue adelante. ¿Qué hubiera pasado si Michael Jordan hubiera renunciado? Bueno, el sí renunció... Ah, no, él se retiró... Sí, eso es, él se retiró. Pero antes de eso, en el colegio, ¿qué hubiera pasado si hubiera renunciado cuando no quedó en el equipo? Él nunca habría hecho la película "Space Jam", y me encanta "Space Jam". ¿Cuál sería tu "Space Jam"? 

¿Qué vas a crear para que el mundo sea impresionante? No será nada si te quedas ahí sentado. Es por eso que te estoy hablando hoy. Éste es tu momento, éste es mi momento, es nuestro momento. Podemos mejorar cada día los unos a los otros, si estamos todos en el mismo equipo comencemos a actuar como tal, tenemos trabajo que hacer. Podemos ponernos a llorar o podemos ponernos a bailar. Nacimos para ser impresionantes, ¡hagámoslo! Yo no lo sé todo, soy sólo un niño, pero sí sé esto: es deber de todos el dar al mundo un razón para bailar, así que... ¡ponte en marcha!

Kid President.

martes, 14 de mayo de 2013

A veces las palabras no son necesarias.




Quizás sean esos recuerdos los más felices de tu vida, aquellos que cuando los recuerdas hacen que te sientas un poco triste pensando que nunca se repetirán. Y sabes que no deberías ponerte triste porque ese recuerdo es, sin duda, tu mejor recuerdo, pero aún así y sin querer se te escapa esa lagrimilla.

jueves, 9 de mayo de 2013

No hay finales felices ni finales tristes, sólo existen nuevos comienzos.

Sólo pretendo hacer apología de los finales. Para mí no es sencillo porque nunca me he llevado bien con ellos. No sé cómo se sentirán los demás cuando se enfrentan a los suyos, pero al menos en mi caso o me pongo nostálgica o me domina el miedo por encima de cualquier vergüenza. Lamentarse porque las cosas se acaban, es verdad, de nada sirve. Compadecerse, me refiero, es inútil y más bien, una pérdida de tiempo. La regla es que todo tiene un final y para ella no hay excepciones. Así que, convertir la sensación de incertidumbre y tristeza en optimismo y en ilusión, es muy necesario y además, es una hazaña que solo se consigue con altas dosis de humor y de imaginación.

Podríamos ser eternos pero eso le restaría intensidad a la vida. Que las cosas no tuviesen fin, como a veces nos parece que ocurren con el aire o con la luz del sol, las convertiría en bienes de poco valor y no nos sería fácil encontrarle la gracia a nada. Lo que abunda, en definitiva, pasa más desapercibido que lo que escasea y esto nos mueve más que cualquier objetivo que quede a nuestro fácil alcance. Así ocurre con el tiempo.

Cuando las cosas llegan a su fin o cuando somos conscientes de que el final está cerca, nos volvemos más benévolos juzgándolas. El tiempo que transcurre desde que se acaban borra mejor lo que tuvieron de malo y aunque hagamos el esfuerzo por buscar en nuestra memoria lo que fue desagradable, cuando lanzamos la vista atrás, sentimos el alivio de ver que esto pasó y la alegría de que conservamos recuerdos de lo bueno que también vivimos. 

No hay que despreciar a los finales. Nos abrieron un hueco en el mundo. Quienes acabaron antes que nosotros ocupaban el lugar que ahora nos pertenece. Sin su término, jamás habríamos encontrado el camino para llegar hasta aquí. Por eso, si el final es un sacrificio que se exige para que todos tengamos la oportunidad de vivir lo que se nos ofrece, es de justicia que dejemos la silla para que se sienten los siguientes. Porque se nos hizo ese favor en el pasado y no podemos agradecerlo de otra forma.

No todos los finales son iguales. Si esto fuese así, no habríamos necesitado tantas palabras y expresiones para despedirnos. No habría existido diferencia entre un "adiós" y un "hasta luego". Entre un "hasta pronto" y un "hasta siempre". No habría matices entre un "te echaré de menos" y un "que te den". Porque aunque todos los finales tengan algo de definitivos, vivimos muchos, muchísimos, en los que cabe la posibilidad de volver a vernos. De encontrarnos por ahí, de casualidad o con toda la intención.

Son los que nos dejan volver a pisar el lugar donde fuimos felices. Y sobre todo, los que no nos arrebatan nuestra memoria. Porque como leí una vez, haber vivido, es la forma más segura de vivir. Es la que solo se acaba cuando se extinguen nuestros recuerdos.

Donde hacen acto de presencia los finales, no llega la nada. Nacen los comienzos y los principios. En ellos cabe el miedo, sí. El terror por lo desconocido, por la inseguridad y la duda respecto de nuestro futuro. Pero también hay sitio para la ilusión y la esperanza. Que se hagan sentir más que cualquier incertidumbre depende de nuestra voluntad de caminar mirando lo que queda de camino y no lo que dejamos atrás. Pero mirar al frente, no con cualquier actitud, sino con la que es propia de quien ha tenido la suerte de dejar atrás un sendero, que siempre parece extraño cuando se emprende, pero que acaba llevándonos hacia lugares que al final, nos cuesta abandonar. De esas experiencias, de las que acaban, sacamos la fuerza y la confianza para enfrentarnos a lo nuevo.

Los finales, el nuestro propio, nos ofrecen un criterio para distinguir, entre todo lo que nos rodea, aquello que es bueno. Porque poder decir que lo peor de algo es que se acaba, sentirlo de verdad, es reconocer que aun queríamos seguir viviéndolo. Y afirmar tal cosa, en una vida que tiene muchos sinsabores, es conferirle un mérito extraordinario a esa experiencia.

Por eso estos relatos se acaban, como pasan los años, para que otros nuevos se escriban y vivan. Para que a estos 3 meses que he pasado en Irlanda los envuelva la nostalgia y solo pueda recordarlos para sentir que fui feliz durante este tiempo que ha sabido prepararme para lo que me tocará vivir a partir de ahora. 

sábado, 4 de mayo de 2013

No todo está perdido.

Son sólo dos conceptos. Por un lado, recuerda algo tan sencillo como que querer es siempre más valioso que que te quieran. Querer mueve y detiene mundos. Que te quieran si tú no quieres, te acaba aletargando. Lo segundo y más valioso para llevar tu vida adelante es que debes darte cuenta de que nos hemos pasado la vida desde pequeños respondiendo a la pregunta "qué me gusta". Qué me gusta de comida, de ropa, de juguetes, de estudios, de trabajo, de amistad, de amor, de sexo... Y ese "qué me gusta" marca nuestro mundo. Da la sensación de que si nos gusta algo es un indicador de un rumbo o un deseo, y debes saber que no. Lo que nos gusta no es nuestro camino, ni tampoco lo que no nos gusta. A veces el rumbo puede estar en lo que nos provoca indiferencia, en aquello que no nos apasiona ni aborrecemos. Entiende esto, has de confiar en ti, no en lo que crees que te gusta a ti. La senda no la marca lo que te gusta a ti, sino que la marcas tú

miércoles, 17 de abril de 2013

El oficio del maestro es aprender.

Veo a los más pequeños jugar, preguntar, mirar, aprender. Los veo imitarse, hasta que se atreven a ser como son, hasta que se deciden a mostrar que son distintos, hasta que se convencen de que son valiosos en su particularidad única. Los veo descubrir la vida poquito a poco, investigando cada gesto, cada interrogante, cada deseo. Los veo entrenarse en reconocer lo que sienten e ir aceptando lo que sienten los demás. Los veo, en fin, empezar a recorrer su propio camino. Y me gusta el espectáculo.

Me veo a mí misma preparando materiales, programando, discutiendo, observando con mis compañeros del momento... Me veo haciendo informes, calibrando cómo encarar una entrevista para lograr entenderme con los padres, preocupándome de por qué un niño juega solo, por qué otro apenas habla, por qué otro se pasa el día pegando y molestando a los demás.... Me veo pringada de pintura, de pastel y de risas. Me veo leyéndoles poesías, bailando con ellos, haciendo teatro... Alentando sus valiosas discusiones, como aquella de si era bueno o malo ser presumidos, o la de si se tiene que jugar con quien tú no quieres o te puedes separar...

Me veo también, en los tiempos nublos, con mis resistentes dificultades para aceptar no ser tan querida, tan imprescindible, tan escuchadora como quisiera... Me veo cabezota, llena de prisas, poniendo excusas para no tener que asumir mi propia ignorancia... Me veo rehuyendo el papel (necesario) de controladora, de señaladora de límites, de frustradora de deseos, de detectora de problemas...

Me veo, en fin, afectada de tantos afectos que discurren a mi alcance que no puede por menos que reafirmarme en mi deseo de seguir en esta profesión llena de encuentros, de asombros y de curiosidades jugadas en comandita. 

El piso de abajo de la escuela.

martes, 26 de marzo de 2013

Preguntas, preguntas, preguntas.

Todos necesitamos creer en algo, sentir confianza, saber que es posible darlo todo por un proyecto, una empresa, un hombre o una mujer. Entonces nos sentimos fuertes. Hinchamos el pecho y desafiamos el mundo. Pero si dudamos... Si dudamos, sentimos miedo. Vacilamos, nos tambaleamos, tropezamos. Si dudamos, ya no sabemos nada. Ya no estamos seguros de nada.  De pronto hay cosas que se vuelven urgentes cuando no deberían serlo. Preguntas que nunca haríamos, y nos hacemos. Preguntas que, de pronto, agitan los cimientos de nuestra existencia. 

sábado, 23 de marzo de 2013

Mucho miedo es un mal final.

El miedo es como la familia, que todo el mundo tiene una pero, aunque se parezcan, los miedos son tan personales y tan diferentes como pueden serlo todas las familias del mundo. Hay miedos tan simples como desnudarse ante un extraño, miedos con los que uno aprende a ir conviviendo. Hay miedos hechos de inseguridades, miedo a quedarnos atrás, miedo a no ser lo que soñamos, a no dar la talla, miedo a que nadie entienda lo que queremos ser. Hay miedos que nos va dejando la conciencia, el miedo a ser culpables de lo que les pasa a los demás. Y también el miedo a lo que no queremos sentir, a lo que no queremos mirar, a lo desconocido... como el miedo a la muerte, a que alguien a quien queremos desaparezca. 

No es malo tener miedo, lo malo es dejar que el miedo domine tu vida, porque entonces ya no tendrás vida, solo miedo. Librarse del miedo es como quitarse la ropa delante de alguien, a veces cuesta, pero cuando empiezas lo único que tienes que hacer es seguir, sin dudar. 

miércoles, 20 de marzo de 2013

Busca otro mundo, vive.

Si te sirve de algo, nunca es demasiado tarde, o en mi caso demasiado pronto, para ser quien quieras ser. No hay límite en el tiempo, empieza cuando quieras. Puedes cambiar o no hacerlo, no hay normas al respecto. De todo podemos sacar una lectura positiva o negativa, espero que tú saques la positiva. Espero que veas cosas que te sorprendan. Espero que sientas cosas que nunca hayas sentido. Espero que conozcas a personas con otro punto de vista. Espero que vivas una vida de la que te sientas orgullosa, y si ves que no es así espero que tengas la fortaleza para empezar de nuevo. 

martes, 5 de febrero de 2013

Yo quiero, puedo hacerlo.

Nunca dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo, ni siquiera yo. Si tienes un sueño, tienes que protegerlo. Las personas que no son capaces de hacer algo te dirán que tú tampoco puedes. Si quieres algo ve a por ello, y punto. 

miércoles, 30 de enero de 2013

Desde siempre. Como siempre.

Con los años, todo se vuelve más difícil. Nuevos compromisos, otros conocidos, ritmos diferentes. Y, a veces, uno tiene la impresión de que se ha perdido, de que no ha dado la importancia adecuada a las relaciones. Los sms ya no llegan al mismo ritmo que antes, las salidas nocturnas se reducen, las promesas de volver a verse se posponen por una razón u otra. El período de instituto parece haberse perdido en la noche los tiempos. Tienen que esforzarse. Defender las relaciones. Renovarlas. Tratar de atravesar el tiempo sin perderse. Pero bueno, lo cierto es que todavía estamos aquí. Amigos. Desde siempre. Como siempre. La amistad es un hilo sutil e indestructible que atraviesa la vida y todos sus cambios. 

martes, 15 de enero de 2013

Live while we're young.

Gracias al calendario volvemos a empezar todos los años, solo hay que esperar a enero. La recompensa por sobrevivir a la Navidades es el año nuevo que viene acompañado de los tradicionales buenos propósitos. Dejas atrás el pasado y vuelves a empezar. Es difícil resistirse a la oportunidad de empezar de nuevo, de dejar tus problemas a un lado. 

En realidad, ¿quién decide cuándo acaba lo viejo y empieza lo nuevo? No es un día del calendario, ni un cumpleaños, ni un nuevo año... es un acontecimiento, grande o pequeño, algo que nos cambia, que nos da esperanzas, una nueva forma de vivir y contemplar el mundo, para dejar marchar los viejos hábitos, los recuerdos. Lo importante es saber que siempre se puede volver a empezar, aunque también es importante recordar que, entre todo lo malo, siempre hay cosas a las que merece la pena aferrarse. 

miércoles, 9 de enero de 2013

La respuesta no es la huida.

Otro año que ha acabado y otro año que acaba de empezar. El 2012 ha acabado dando significado a todas y cada una de las letras de la palabra APRENDER, porque eso ha significado para mí este año: aprender. 

He aprendido que a veces debes aguantar al borde del precipicio y arriesgarte a la caída, y que si caes, ya te levantarás. He experimentado el dolor de la pérdida de tus seres queridos, pero todavía tengo que continuar aprendiendo a vivir con el vacío que dejan. He aprendido que cuesta años construir confianza y apenas unos segundos destruirla. He aprendido que grandísimos amigos pueden volverse grandísimos desconocidos y que, por el contrario, un desconocido puede volverse en alguien inseparable. He aprendido que soñar es el mejor regalo del mundo porque los sueños están para cumplirlos, pero también se pueden romper y tendrás que empezar de cero. He aprendido que lleva mucho tiempo llegar a ser la persona que quieres ser y que el tiempo es corto.

Pero también he aprendido que las buenas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias, y que no importa lo que tienes, sino a quién tienes en la vida. He aprendido que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir. He aprendido que lo mejor de todo es levantarse y tener a alguien que te diga: "Buenos días, ¿qué tal has dormido hoy? No has parado de dar vueltas". He aprendido que hay que luchar por todo lo que de verdad merece la pena, porque nunca te arrepentirás de aquello que te ha hecho sonreír. He aprendido que es tan importante pensar como dejarse llevar. He aprendido que son más importantes los caminos recorridos que las metas logradas. He aprendido que lo importante en la vida es seguir siempre tu camino, tus ideas, sin perder de vista tu horizonte. 

En conclusión, he aprendido que madurar tiene mucho más que ver con lo que se aprende de las experiencias que con los años vividos y que no importa en cuantos pedazos se parta mi corazón, pues el mundo no se detendrá para que lo arregle. He aprendido que la vida vale cuando tienes el valor de enfrentarla.