sábado, 28 de septiembre de 2013

El camino es largo y, en el fondo, el viaje es el destino.

Al recordar las cosas que dije todos estos años atrás y los sueños y esperanzas que tenía he llegado a la conclusión de que si el éxito en la vida se mide por las cosas que salen como las planeamos en un principio, algunos considerarían que he fracasado. Lo más importante es no sentir amargura por las decepciones de la vida, aprender a dejar atrás el pasado y reconocer que todos los días no puede brillar el sol, y cuando te encuentres perdido en las tinieblas de la desesperación recuerda que solo en la oscuridad de la noche podrás ver las estrellas y que esas estrellas te guiarán a casa. Así que no tengas miedo de cometer equivocaciones, de tropezar y de caer, la mayoría de las veces las grandes recompensas se obtienen cuando haces las cosas que más te asustan. Tal vez logres cumplir todos tus deseos, tal vez consigas más de lo que puedas imaginar. Quién sabe a dónde te llevará la vida, el camino es largo y en el fondo el viaje es el destino.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

La vida es del color que tú quieras soñar.

Es posible que lleves tiempo pensando que no sabes que hacer con tu vida, que no sabes hacia donde quieres ir pero que pase lo que pase quieres tener éxito. Prácticamente todos los días la gente dice "tengo que elegir carrera y no sé qué hacer", "quiero tener un trabajo de éxito y que me dé dinero", "no sé qué es lo que tiene más salidas"... esto es el comienzo del camino hacia el fracaso. ¿Qué es lo que quieres hacer? ¿Qué es lo que te apasiona? Ves gente con trajes y dinero y con trabajos estresantes y, ¿crees que eso es éxito? Eso no es éxito. Lo único que quieres entonces es dinero y nadie va a poder ayudarte con eso porque, permíteme que te lo diga, todo el mundo quiere dinero, eso no te hace especial. A pesar de todo sí que hay gente que tiene objetivos, que tiene metas, sueña con cosas... pero no paran de ponerse excusas: "no sé lo suficiente", "hay mucha crisis", "no tengo el dinero para arrancar este proyecto", "no tengo recursos"... Esto es todo mentira, el recurso más importante que necesitas para hacer tu proyecto está en tu cabeza. 

¿Sabes por qué se paga tanto a la gente con ideas? Porque no se pueden producir en masa. No importa cuanto dinero tenga una persona, ese dinero jamás va a ser capaz de producir las ideas geniales que tu mente puede crear en una habitación que está vacía. Y si lo intentas y tienes una idea y sueñas con ella te van a decir que es imposible, que seas realista, e incluso igual tú mismo te dices que seas realista, que no se puede hacer. ¿Cuánta gente que ha tenido éxito en su vida ha sido realista? La persona que decidió que iba a poner un barco de metal gigante en el agua y que iba a transportar a gente no estaba siendo realista. La persona que inventó internet, un medio de comunicación que conecta de forma invisible a todas las personas del mundo, no estaba siendo realista. ¿Por qué querría alguien ser realista? Si en el momento en que desechas tu idea y abres la puerta a ese "ser realista" estás aceptando y haciendo posible que esa idea de imposibilidad se cumpla. Pero bueno, tampoco te engañes pensando que el éxito es tan solo una idea, sólo un sueño. Alguien muy sabio dijo una vez que el éxito es un 1% de inspiración y un 99% de transpiración, es decir, de esfuerzo. Esto quiere decir con otras palabras que el trabajo duro vence al talento cuando el talento no se está esforzando. Existe un defecto generalizado que consiste en no saber diferenciar entre talento y habilidad. El talento es algo con lo que nacemos, la habilidad es algo que se crea con determinación y con horas y horas de dedicación a lo mismo. Y no importa cuánto talento tengas, tu talento te va a fallar como no pongas en práctica tus habilidades. Hay muchísima gente genial que se acomoda en ese talento y no tiene talento en un campo porque eso es suficiente. Tienes que pararte y pensar: "¿Cuánto deseo esto? ¿Cuánto quiero llegar a esta meta y cuánto estoy dispuesto a dar para cumplir este objetivo?" Porque esto es lo que te vas a tener que recordar constantemente para cumplir este objetivo.

Piensa que en el camino la competencia va a ser brutal. Mientras estés durmiendo va a haber alguien que esté trabajo para ser el mejor en lo mismo en lo que tú quieres tener éxito. Mientras estés descansando o aireándote va a haber alguien que va a seguir trabajando en lo que tú quieres tener éxito. Y si no estás dispuesto a poner todo ese esfuerzo, quizá simplemente no hayas sido sincero y esa no es la meta a la que quieres llegar, quizá no es el objetivo al que querías llegar, porque si lo es te aseguro que te vas a esforzar, vas a trabajar todos los días como si fuese el último día en el que puedes trabajar en eso. Como si no tienes más tiempo y está toda la gente en tu nunca gritándote que es lo que tienes que hacer. Así que deja de culpar a toda la gente que tengas a tu alrededor de tu falta de éxito, deja de pensar que tienes mala suerte, deja de creer que el universo está en contra de que tú consigas algo o de que hay alguien que está dispuesto a hacer lo que sea para que no llegues a conseguirlo, porque sinceramente todas son mentira, y todas son verdad en la medida en que nosotros permitamos que lo sean. Si quieres algo, hazlo. Haz todo lo que esté en tu mano, cada hora, cada día, cada semana, para conseguirlo. Dicen que el precio del éxito es altísimo, pero es que la recompensa también. Que si te arriesgas lo puedes perder absolutamente todo, pero también vas a ganar un montón de cosas más importantes que las que vas a perder. Deja de lado la negatividad y deja de ponerte excusas para no salir de tu zona de confort. Dejar de decirte que ya lo harás, ayer era tarde. Ya tendrás tiempo después de volver, cuando lo hayas conseguido, y decirles a todos los que te están diciendo que no es posible que ya lo has hecho.

Si necesitas un consejo para saber qué es lo que puedes hacer: decídelo tú. Nadie mejor que tú puede decidir qué es lo que puedes hacer y qué es lo que vas a hacer. Y, sobre todo, ten un montón de paciencia, siempre ten paciencia hagas lo que hagas. Las películas con sus pequeñas secuencias de 30 segundos en las que pasan meses y alguien consigue algo, han hecho que tengamos la idea de que las cosas se consiguen en tres días, y que si en tres días no lo has conseguido, lo tienes que dejar porque va mal. Las cosas requieren muchísimo tiempo y muchísimo esfuerzo. Y como no estés dispuesto a hacerlo no lo vas a conseguir, te vas a quedar en esa mediocridad de pensar que lo podrías haber hecho pero nunca llegaste. Alguien a quien admiro mucho dijo: "No intentes construir un muro. No te digas a ti mismo: Voy a construir el muro más increíble y más impresionante que he construido jamás. En vez de eso di: Voy a colocar este ladrillo de la forma más perfecta que se puede colocar un ladrillo. Y haz eso todos los días, así es como se construye un muro".

Sólo te hace falta un momento de locura y de decir "lo voy a hacer", porque en el momento en que tú decidas que vas a hacer algo es el momento en que lo vas a hacer realidad.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Que septiembre no nos quite la ilusión jamás.

El resto de vuestras vidas es mucho tiempo y, lo sepáis o no, se está definiendo ahora. Podéis elegir culpar a las circunstancias, al destino, a la mala suerte, a las malas decisiones... o podéis luchar. En el mundo real las cosas no siempre van a ser fáciles, así es como funcionan, pero la mayoría recoge lo que siembra. Dejadme que os haga una pregunta: ¿Qué es peor? ¿No conseguir todo lo que se desea? ¿O conseguirlo y descubrir que no es suficiente? El resto de vuestras vidas se está decidiendo ahora, con los sueños que perseguís, las decisiones que tomáis y la persona que decidís ser. El resto de vuestras vidas es mucho tiempo y el resto de vuestras vidas empieza ahora mismo.

viernes, 13 de septiembre de 2013

El triunfo de los mediocres.

Quizá ha llegado la hora de aceptar que nuestra crisis es más que económica, va más allá de estos o aquellos políticos, de la codicia de los banqueros o la prima de riesgo. Asumir que nuestros problemas no se terminarán cambiando a un partido por otro, con otra batería de medida urgentes o una huelga general. Reconocer que el principal problema de España no es Grecia, el euro o la señora Merkel. Admitir, para tratar de corregirlo, que nos hemos convertido en un país mediocre.

Ningún país alcanza semejante condición de la noche a la mañana. Tampoco en tres o cuatro años. Es el resultado de una cadena que comienza en la escuela y termina en la clase dirigente. Hemos creado una cultura en la que los mediocres son los alumnos más populares en el colegio, los primeros en ser ascendidos en la oficina, los que más se hacen escuchar en los medios de comunicación y a los únicos que votamos en las elecciones, sin importar lo que hagan. Porque son de los nuestros.

Estamos tan acostumbrados a nuestra mediocridad que hemos terminado por aceptarla como el estado natural de las cosas. Sus excepciones, casi siempre reducidas al deporte, nos sirven para negar la evidencia. 

Mediocre es un país donde sus habitantes pasan una media de 134 minutos al día frente a un televisor que muestra principalmente basura. Mediocre es un país que en toda la democracia no hadado un presidente que hablara inglés o tuviera unos mínimos conocimientos sobre política internacional.

Mediocre es el único país del mundo que, en su sectarismo rancio, ha conseguido dividir incluso a las asociaciones de víctimas del terrorismo. Mediocre es un país que ha reformado su sistema educativo tres veces en tres décadas hasta situar a sus estudiantes a la cola del mundo desarrollado.

Mediocre es un país que no tiene una sola universidad entre las 150 mejores del mundo y fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse para sobrevivir. Mediocre es un país con una cuarta parte de su población en paro, que sin embargo, encuentra más motivos para indignarse cuando los guiñoles de un país vecino bromean sobre sus deportistas.

Es mediocre un país donde la brillantez del otro provoca recelo, la creatividad es marginada - cuando no robada impunemente - y la independencia sancionada.

Un país que ha hecho de la mediocridad la gran aspiración nacional, perseguida sin complejos por esos miles de jóvenes que buscan ocupar la próxima plaza en el concurso Gran Hermano, por políticos que insultan sin aportar una idea, por jefes que se rodean de mediocres para disimular su propia mediocridad, y por estudiantes que ridiculizan al compañero que se esfuerza.

Mediocre es un país que ha permitido, fomentado y celebrado el triunfo de los mediocres, arrinconando la excelencia hasta dejarle dos opciones: marcharse o dejarse engullir por la imparable marea gris de la mediocridad.

David Jiménez.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Sois lección de amor.

Gran verano a vuestro lado. Nos unen billones de momentos conmemorables, un millón de sonrisas, más de cinco mil carcajadas, miles de miradas que enmarcar, cientos de días de desfase, algunos que otros llantos y enfados y millones de anécdotas que hacen de nosotros una unión más fuerte a cada segundo.


A veces tienes que estar alejado de aquellos a los que quieres, pero eso no significa que no los quieras, muchas veces eso te hace quererlos aún más.

domingo, 8 de septiembre de 2013

De Madrid al cielo, y en el cielo un agujerito para verlo.

Porque Madrid, en realidad, no es nada especial. No tiene un gran río. Ni apenas rascacielos. Ni canales, ni lagos. Ni gloriosas ruinas. Ni mar. A Madrid le faltan muchas cosas. Pero tiene la gente por las calles. El rincón inesperado. La variedad. El contraste. La animación constante. Y sus costumbres. Vale la pena levantarse temprano - por una vez- para vivir un día la vida de Madrid. Madrid, no te hace falta unas Olimpiadas para demostrarnos lo que vales. 

jueves, 5 de septiembre de 2013

¡Qué bien sabe ser de Madrid!

Cuando uno llega a Madrid necesita muy poco para darse cuenta de que es diferente, y no es solo por sus innumerables terrazas, sus parques o sus barrios de toda la vida. Es por cómo te sientes cuando estás en ellos, esa es la verdadera magia de Madrid. Porque esta ciudad hace que cualquiera se sienta un madrileño más desde el primer día y, lo que es más, seas de donde seas, en Madrid siempre puedes ser tú mismo. Una ciudad así se merece unos juegos olímpicos.